sábado, 10 de diciembre de 2011

LA QUEMA DEL AÑO VIEJO.


Año viejo, desde “tiempos ha”, decía mi recordado MAESTRO, Herman Bravo Castillo, ha sido un monigote que representa básicamente el año que termina, elaborado con: ropa vieja, cartón o papel, relleno de paja o aserrín, ahora con mejor figura, hecho en moldes, con papel periódico húmedo,  y con frecuencia con artefactos pirotécnicos, para ser quemado a la medianoche del 31 de diciembre. En un gran número de países latinoamericanos, aunque la costumbre está más arraigada desde el punto de vista popular en Ecuador, Colombia y algunas regiones de Venezuela.

El año viejo, debe semejar a las efigies que se incineran en protestas políticas, también suelen representar personajes concretos o símbolos de organizaciones y países OBJETOS Y SUJETOS  DE RECHAZO, que se realizan en cualquier época del año y “se los quema” en rituales del 31 de diciembre, que se celebra el “Año Viejo” o la “Noche Vieja”, con gritos como: “Que nunca vuelvas”, “Muere Maldito”, “Que jamás se repita”, etc.

Los muñecos que se elaboran para los desfiles y concursos locales deberían representar los acontecimientos significativos o identidades reales más específicas, sobre todo los hechos negativos relacionados con la política, la farándula, el deporte y en general personajes famosos populares, notorios en la localidad o región durante del año transcurrido, y precisamente el acierto, la veracidad y el humor en esa representación son los factores que los jurados están en la obligación de tomar en cuenta, para premiar el mejor trabajo, no compromisos, compadrazgos, afinidades políticas, o adulo en la representación.

Es también costumbre que el muñeco, se lo acompañe con: música,  de una comparsa puesta en escena con personajes simbólicos como, “la viuda”, “la plañidera”, “el diablo” y “la muerte”.

Antes o después de la quema, era costumbre, leer un "testamento", en el cual, como culminación del ritual, con lenguaje irónico o satírico se hace recuento de los sucesos que caracterizaron el periodo que acabó y se dan recomendaciones a sus protagonistas de todo lo negativo que por acción u omisión hicieron, para que en “El Año Nuevo”, no vuelva a suceder.

Como de un tiempo a esta parte, se vienen deteriorando los valores morales, hay quienes “Queman el año viejo”, conjuntamente con el asfaltado de la calle, dejando allí los restos, de madera ardiente, madera con clavos, etc; sin importarles el daño que le hacen a la Ciudad y a sus semejantes.

Todos los años, se anuncia la prohibición del uso de petardos y explosivos, “los operativos de control”; pero resulta que “La cuerda se rompe por la parte mas débil”, se “Decomisa” en los kioscos y barracas, cuando lo mas sencillo es que se PROHIBA LA IMPORTACIÓN, o los importadores son intocables?.

Durante el año, en las celebraciones católicas de: La virgen del Cisne, la Virgen de Chilla, la Virgen de los Remedios, la Dolorosa, la Patrona de Santa Rosa, San José, San Antonio, etc, no justamente en las iglesias que es donde se lo debería hacer, sino en la casa de cualquier devoto: se cierra la vía, se hace explotar camaretas, tumba casas, cohetes, y como un homenaje al despilfarro, se quema EL CASTILLO, lleno de explosivos, con un costo mínimo de dos mil dólares; y, allí no hay autoridad que lo prohíba, ni por la contravención de tránsito, ni por el uso de explosivos.