viernes, 6 de abril de 2012

LA DESGRACIA DE LA EDUCACIÓN.




Alguna vez señalé, que al paso que vamos, jamás llegaremos a la “Excelencia Educativa” que aparentemente aspira el actual Gobierno; definitivamente la educación, con sus contenidos y valores, tienen que llegar al estudiante porque de no ser así, nada se ha conseguido, nadie puede discutir, es innegable, es irrefutable: “El profesor enseña cuando el estudiante aprende”, “Los títulos no dan inteligencia”, “Lo que natura no da, Salamanca no presta”. Los Másteres y Magísteres, salvando honrosísimas excepciones, son “polvo y paja”, decía mi difunto Padre, cuando se refería a algo que poco o nada servía; son pura palabrería, a todo le andan cambiando de nombre, parece que es costumbre, hasta de nuestros Gobernantes, ya hemos podido constatar el cambio de nominación a diferentes dependencias del Estado, sin que haya un cambio de actitud o de fondo mismo, siguen igual, no son mas que: “El mismo perro con diferente collar”, decía Tres Patines.

Se ha tomado como nuevos términos: “socializar” por analizar, “consensuar” por ponerse de acuerdo, “malla curricular” por conjunto de programas de estudios de las diferentes asignaturas, “bajo y buen perfil” por capaz o incapaz, etc, son puros papeles y pura teoría, recientemente se dictó un seminario sobre “Inclusión Educativa”, en donde en resumen, se dispuso, la obligación que tienen las Autoridades de Educación y las de cada uno de los Planteles de esa actividad, de aceptar como estudiante a todo niño, adolescente y joven, sin importar la discapacidad que tenga; si la discapacidad es física, esencialmente motora, estamos de acuerdo en un ciento por ciento; pero, en los otros casos, NO SEÑOR, esos niños o jóvenes, tienen que ser tratados en su educación, por personas especializadas, que hay muchos y muchas profesionales en esa rama.

Retomando el tema de los “Técnicos”, hace poco se dictó un curso de “Lectura Crítica”, que no es otra cosa que la “Lectura Comprensiva” que siempre se ha venido dando, complementada de un resumen de su contenido, antes lo llamábamos Composición, no sé cómo le dirán ahora; en estos días se dicta otro cursillo, lo toman como parte de “la formación continua y mejoramiento  pedagógico y académico” que la Constitución indica en su Art. 349 como Garantía Constitucional, es decir, COMO DERECHO DEL PROFESOR; por fin, se les ocurre cumplir parcialmente la Ley Suprema. Suplantaron las: capacidades, aptitudes, destrezas, influencias positivas y negativas, por el FODA: “Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas”, al parecer, se cansaron de esa payasada, ahora la están reemplazando por: “El árbol de objetivos”, “El árbol de estrategias”, etc, será un bosque de teorías; y, por último, ya se está entregando un formulario, para que profesor presente su Plan de la Lección, diariamente y por cada hora de clase que dicte; consecuentemente, al profesor no le quedará tiempo para dictar su clase, tendrá que dedicarse a elaborar y  presentar una hermosa planificación, saturada de: Pedagogía, Psicopedagogía, Didáctica, etc.

Estos iluminados asesores del Ministro de Educación, están preocupados del profesor, cuando lo que les debe preocupar sobremanera, son los estudiantes como obra del maestro; para poner un ejemplo sencillo, didáctico; a estos señores les interesa que un albañil, tenga claro el concepto de: plomada, mortero, bloque, ladrillo, proporciones arena cemento, tiempo que emplea por metro cuadrado, etc; y no importa que la pared que construye resulte una calamitosa obra.

Insisto, por muy moderno que sea el tiempo, por muy actualizados que estén en Pedagogía y Didáctica, jamás perderá vigencia. “EL PROFESOR ENSEÑA CUANDO EL ESTUDIANTE APRENDE”, eso se debe supervigilar. Muy bien, examinar al maestro en los contenidos que tiene, pero mejor todavía, es comprobar si esos contenidos llegaron al estudiante, personalmente conozco compañeros que se jactan de ser grandes planificadores, pero su obra, sus estudiantes, los promueven por paternalismo o humanidad o tal vez, porque se nos evalúa, no por los resultados obtenidos sino por las Actas de Calificaciones y por un gran número de  papeles que se nos obliga a llenar, que ahora, se está ampliando en sus “requisitos”.

No hay que hacerle una poesía a la educación, hay que ser prácticos, la vida misma es la práctica de lo que has aprendido en las aulas y por experiencia propia.





Agt 21/2009

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